Mujeres rurales: uniendo Canelones desde la territorialidad

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Las mujeres rurales canarias, portadoras de saberes, sabores e identidad, celebraron el trabajo que realizan durante todo el año en el campo y en los espacios de encuentro, apoyadas por la Intendencia de Canelones que busca, a través de la Mesa de Mujeres Rurales Canarias, fortalecer y empoderar los derechos de todas aquellas que viven o trabajan en el departamento.
  
El rol activo de las mujeres en el medio rural es cada vez más importante. Ellas gestionan los invernáculos, cuidan animales, siembran y cosechan, trabajan mano a mano con sus compañeros y maridos pero siguen recibiendo un sueldo menor al de los hombres en el trabajo asalariado rural y siguen siendo las principales responsables del trabajo doméstico. Se trata de una población protagonista en el departamento de Canelones que, desde hace algunos años, está en un proceso de acceso a derechos impulsado y acompañado  por la Mesa de Mujeres Rurales Canarias. Parte de este proceso fue el festejo del Día Internacional de la Mujer Rural, el pasado 15 de octubre.

Este año la celebración, coordinada por la Intendencia de Canelones y apoyada por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, se realizó en el Museo de la Chacra de San Jacinto y de ella participaron más de 400 mujeres agrupadas en más de 30 colectivos. Esto fue un récord participativo fruto de un proceso que nació en los espacios de encuentro como las comisiones de fomento, los clubes sociales y el trabajo en la Mesa de Mujeres Rurales Canarias, que para la organización del festejo contó con el apoyo de la Dirección General de Cultura y de la Unidad de Animación Sociocultural de la Intendencia.

La Pro Secretaria General de la Intendencia, As. Soc. Silvana Nieves, durante el encuentro expresó que es un orgullo para el Gobierno Departamental apoyar a las mujeres rurales ya que son quienes convierten los productos en las formas más heterogéneas posibles, que van desde mermeladas, artesanías, cuidado de animales, siembra y cosecha, dependiendo de factores externos como la luz del sol y el clima. Algunas de ellas se reúnen todos los domingos a jugar a la lotería mientras que otras se juntan una vez al mes para capacitarse en talleres que van desde pintura al óleo hasta informática. 
 
Nieves explicó que para las políticas públicas que lleva a cabo la Intendencia es necesario estar al servicio de las demandas de la población y escuchar a la ciudadanía, algo que en el medio rural es más difícil. Por eso, puntualizó, juntarse a través de las comisiones de fomento y clubes sociales hace que puedan intercambiar y compartir. En este sentido, afirmó que “Canelones tiene un porcentaje muy alto de desarrollo rural y las mujeres rurales, comprometidas con su identidad, son garantía de una calidad que nos enorgullece”.

Sobre el rol del Gobierno Departamental, la jerarca manifestó que se trata de un vehículo que nuclea a diversos actores para que se luzcan, al igual que cada una de las actividades, que “no solo van enmarcadas en el trabajo rural sino en los sentires de la mujer en el campo”. Informó además que, en el marco de las políticas de fortalecimiento de las mujeres rurales canarias que la Intendencia propone, se encuentra disponible el sondeo de interés de mujeres rurales para capacitarse para la obtención de la libreta de conducir categoría A.

Proceso participativo

El proceso de preparación del encuentro dela  celebración del Día Internacional de las Mujeres Rurales de este año tuvo cuatro instancias de trabajo, divididas en microrregiones, que comenzaron en el mes de agosto. La integrante de Planificación Estratégica de la Intendencia Florencia Machado informó que trabajaron con una propuesta de presentación, de integración, que desembocó en la creación de un pericón entre mujeres: decidieron bailar un pericón deconstruido. Para la preparación del  baile las participantes escribieron coplas picarescas con frases que tuvieran que ver con la identidad de las de las mujeres rurales, con lo que hacen y con sus demandas. 

A través de esta dinámica lúdica se buscó escuchar a las participantes de una manera distinta. Las coplas cantadas hicieron referencia a la identidad, al amor al campo y sus raíces, a la importancia de la crianza de los hijos y a la fortaleza que brinda la participación grupal. En este sentido, es importante resaltar el trabajo de la Agencia de Desarrollo Rural junto a la Dirección de Género y Equidad y el Centro de Estudios Estratégicos Canario, que, financiando capacitaciones y talleres en distintos puntos, fortalece en los territorios a las mujeres rurales, defendiendo también el derecho al disfrute. 

La consigna de este año, unidas en la tierra trabajamos juntas cultivando diversidad, también nació de una gran participación ya que fue propuesta y discutida en uno de estos encuentros y a través del grupo de WhatsApp de la Mesa de Mujeres Rurales Canarias. Según explicó Norma Carugno, fundadora de la Red de Grupos de Mujeres Rurales del Uruguay, fue elegida porque refiere a la diversidad de pensamiento, de edades, de credos y de religiones de aquellas que eligen reunirse porque entienden que  “unidas que es la manera más linda de llevar la vida”. 

Para Carugno, integrante del grupo anfitrión en la celebración de este año, una de las principales dificultades de las mujeres rurales canarias eran el aislamiento y la soledad, que en los últimos cinco años se ha combatido gracias a que se han fortalecido los espacios de encuentro y capacitación apoyados por la Intendencia. “Hoy ya no estamos tan solas, hay muchos cursos, nos capacitamos y ayudamos cuando vemos que una vecina sufre violencia. Hay lugares donde concurrir, lugares para decir 'te acompaño, vamos, yo te llevo' y todo eso nos ha dado valor”, aseguró. A la hora de reflexionar sobre los avances en materia de derechos, concluyó que “esta vez estamos más unidas, todas somos iguales, la red es cada vez es más visible y nos da más empoderamiento”.
  
Espacio de trabajo y encuentro

Actualmente son más de 30 agrupaciones las que participan de la Mesa de Mujeres Rurales Canarias, que son los pilares que componen este espacio interinstitucional que comenzó a funcionar en el 2021 a partir de una propuesta realizada desde la Intendencia con la intención de fortalecer la red de mujeres rurales, que se había debilitado durante la pandemia. 

Marcela Cabrera, que forma parte junto a más de 40 mujeres de la Agrupación de Mujeres Creciendo Juntas, con sede en El Colorado, contó que el Centro Social y Deportivo El Colorado les ha cedido un espacio y allí llegan mujeres de Los Cerrillos, Las Piedras, Camino Los Alemanes, Rincón del Colorado, Sauce y Canelón Chico, entre otros puntos del departamento. A su vez, explicó que el grupo tiene como objetivo estimular la economía circular con proyectos que van desde el paisajismo a la venta de velas y agregó que en la agrupación hay una gran diversidad de mujeres, entre las que se encuentran amas de casa, domésticas, profesionales, productoras tradicionales y productoras orgánicas, generando un espacio de diversidad y de encuentro en el que todas son iguales.
 
Es también en estos espacios de participación donde muchas veces entre las mujeres se detectan situaciones de violencia de género. Charlando y compartiendo, las mujeres descubren que no corresponde trabajar sin recibir aporte económico por parte del marido, según cuentan las integrantes de la Agrupación El Colorado. En esta línea, Marcela Cabrera dijo que “a veces en estos espacios descubrimos situaciones de violencia y es allí donde activamos la ayuda, porque muchas veces las mujeres ni siquiera saben que lo que están sufriendo es violencia”.
 
En San Bautista existe el grupo El Alero, cuyas referentes son dos doctoras de la policlínica que hace más de diez años se reúnen por temas puntuales en torno a la mujer, una vez por mes. Nelly García contó que “allí nos escuchamos, nos respetamos, hay códigos: lo que en el taller se dice no puede salir; por eso funcionamos hace diez años. Trabajamos la parte emocional, la parte espiritual y nos hace mucho bien”. Acerca de su participación en el grupo, reflexionó que “es una sanación, cada taller me enseña algo, adoro a mis compañeras y llego a mi casa plena”.

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